Me gusta este punto de vista. Por otra parte, podría haber eliminado la hilera de avatares, pero es que sale el mío :3
¿Recuerdan hace un par de semanas, cuando les hablé de un tal Roberto Salvatore Cristiano? Llevo varios días que no puedo evitar que resuene el eco de otro nombre. RONALDO. Roberto Salvatore Cristiano. ¡Ronaldo! No puedo evitar que me venga. Me he condicionado.
Me niego a poner una foto de Cristiano Ronaldo en mi blog. Me niego.
Instagram apareció en mi vida y ahí tienen una muestra. De hecho, todas las imágenes de este post son de mi cuenta de Instagram.
En Nicaragua se las conoce como «flor de avispa». 🙂
La pregunta es inevitable: ¿cuántas apps son demasiadas? Por mi parte pensaba que pararía una vez tuviera WordPress, sin embargo ya están instaladas y operativas todas mis redes sociales, amén de otras en las que me he creado perfil, por tener una excusa para usar la aplicación de Android. Me dicen que es la novedad. A mí la novedad me ha dado fuerte.
Los políticos no son los únicos con el poder de traer los 70 a nuestros días.
Me he enamorado de Pulse y de otras tantas monerías: herramientas de organización, de lectura, etc., que al usuario medio le gusta por los colorines. Mientras que Instagram, por otra parte, me hace llorar, porque me recuerda que quiero hacer fotos BIEN y que no tengo cámara ni el dinero para ello. No de momento. Al menos me pude permitir un teléfono en el que puedo mantenerme un poco más al día de las noticias, principalmente política, ciencia y gastronomía ; donde he podido hacer consultas cuando no disponía de ordenador. El teléfono en sí (llamadas y sms) casi no lo toco. Triste hasta para eso. Bueno, tampoco hay que exagerar: hablo por Twitter y Whatsapp. Eso que me ahorro en la factura.
Filtros de difuminados para parecer [+hypster].
Costumbrismo. O no. Lo importante es que esta es la primera prueba con Camera Zoom FX.
El odio sigue siendo tema en twitter. Me sorprende tanto porque soy medio extranjera: debe ser cosa histórica, ya algo cultural, porque no es normal. No digo que sea el único país, ni que todo sea malo, porque tampoco he viajado tanto, pero bien es cierto que me decepciona mucho – ¿para qué mentir? – que los más viscerales sean los más jóvenes. Siempre me pasa igual: pienso que deberían ser diferentes por haber nacido en una época distinta, al no haber tenido que sobrevivir en el mismo medio que sus progenitores. ¡Inocente de mí! Resulta que precisamente los jóvenes son más vulnerables por su maleabilidad, mientras que los adultos disfrutan ejerciendo de escultores. La agresividad, entonces, no es más que síntoma de la ignorancia de unos y de otros, e inversamente proporcional a la edad: cuánto más jóvenes, mayor estupidez. A menor edad, más maleabilidad, más manipulables. Aumenta también, según disminuye la edad del tuitero, su factor papagayo y su convicción al repetir ideas. Envejecer no nos hará inmunes a dicha estupidez: pese a la perspectiva ganada, no dejamos de ser humanos.
Hubo tarta. The cake wasn’t a lie~
Y con esos restos de tarta me despido hasta la próxima entrega. No os extrañe que le cambie el nombre a la sección de «Pensamientos de la semana» a «Ideas Peregrinas». Ahí dejo la idea.
Como dirían en Los Simpson: ¡qué os den! 🙂
Hablando en Páulico 